Las madres de día son profesionales de la educación (psicólogas, pedagogas, maestras…) con formación específica en atención a la primera infancia que acompañan a un grupo reducido de niños menores de 6 años dentro de un ambiente hogareño, bajo una crianza respetuosa y aplicando una educación basada en pedagogías alternativas.
Habitualmente adaptan sus propios domicilios para ello aunque también hay quien lo hace en pisos o casas de alquiler.
Su horario de trabajo se adapta al de los padres trabajadores y suele ir de las 8 de la mañana a las 4 de la tarde.
"Una canguro sólo cuida. Una madre de día se encarga del cuidado, pero también de la educación, con un programa educativo integral según el estado evolutivo de cada niño, para acompañarlo en el camino del crecer y el aprender."
Las madres de día se encargan también de fomentar valores como el respeto, la creatividad, la responsabilidad, la comunicación y la solidaridad. Como hay pocos niños, es más fácil respetar la identidad del pequeño y se valoran sus peculiaridades, destrezas y capacidades. Se establece un vínculo personalizado con él a través de una relación cercana y afectiva. Es como una vuelta a la crianza antigua, como si fueran un grupo de hermanos, con un ambiente casero.
A pesar de ser muy habituales en países como Alemania, Francia, Reino Unido o Suiza, en España no existe una normativa al respecto. Sólo Navarra las ha regularizado y apoyó a las llamadas Casas Amigas desde 2003 hasta que llegaron los recortes y en 2013 se acabaron las ayudas y subvenciones de la mitad de la plaza a cada niño (unos 400 euros). En este momento, Cataluña, Aragón y Madrid (donde se ha creado la Red de Madres de Día) trabajan en proyectos para regularizar esta incipiente figura. En Andalucía, AMAD solicitará en breve a la Junta de Andalucía un encuentro que pueda llevar al establecimiento de una normativa.
Las madres de día se encargan también de fomentar valores como el respeto, la creatividad, la responsabilidad, la comunicación y la solidaridad. Como hay pocos niños, es más fácil respetar la identidad del pequeño y se valoran sus peculiaridades, destrezas y capacidades. Se establece un vínculo personalizado con él a través de una relación cercana y afectiva. Es como una vuelta a la crianza antigua, como si fueran un grupo de hermanos, con un ambiente casero.
A pesar de ser muy habituales en países como Alemania, Francia, Reino Unido o Suiza, en España no existe una normativa al respecto. Sólo Navarra las ha regularizado y apoyó a las llamadas Casas Amigas desde 2003 hasta que llegaron los recortes y en 2013 se acabaron las ayudas y subvenciones de la mitad de la plaza a cada niño (unos 400 euros). En este momento, Cataluña, Aragón y Madrid (donde se ha creado la Red de Madres de Día) trabajan en proyectos para regularizar esta incipiente figura. En Andalucía, AMAD solicitará en breve a la Junta de Andalucía un encuentro que pueda llevar al establecimiento de una normativa.
Esta
situación de alegalidad ha obligado a las madres de día a
autorregularse. Las normas son cuidar a un máximo de cuatro niños, de
hasta 5 años, un máximo de ocho horas y tener una casa con un ambiente
familiar y adaptado a las necesidades de los pequeños. Todas ellas deben
tener formación profesional específica y están obligadas a suscribir un
seguro de responsabilidad civil y un curso de manipulación de alimentos.
Algunas se dan de alta como autónomas, como empleadas del hogar y otras forman parte de la economía sumergida.
En cuanto a la casa, debe tener mucha luz natural, un espacio abierto (un patio o un jardín) y, a ser posible, un parque cerca, algo que permita el contacto con la naturaleza. Y lo más importante, debe estar adaptada a las necesidades de los pequeños, sobre todo, en materia de seguridad (protecciones, barrera en las escaleras…).
Algunas se dan de alta como autónomas, como empleadas del hogar y otras forman parte de la economía sumergida.
En cuanto a la casa, debe tener mucha luz natural, un espacio abierto (un patio o un jardín) y, a ser posible, un parque cerca, algo que permita el contacto con la naturaleza. Y lo más importante, debe estar adaptada a las necesidades de los pequeños, sobre todo, en materia de seguridad (protecciones, barrera en las escaleras…).
Muchas de las madres de día se acogen a modelos pedagógicos como los
métodos Waldorf o el Montessori, que han despertado el interés de muchos
padres, aunque también existen mas pedagogías alternativas que no son tan conocidas actualmente y en las que también se inspiran.
A muchos padres la ratio de los centros de educación infantil le parece muy alta y esto "lo condiciona
todo": la atención inmediata, la salud del niño, la alimentación...
Pero además ahora hay una tendencia a hacer que los
niños sepan mucho cuanto antes, con el sistema de fichas, un segundo
idioma…
Es por eso que las madres de día opinan que en los tres primeros años, hay que fomentar que el niño juegue a
lo que quiera cuando quiera, sin presiones y que haga lo que le
apetezca en cada momento respetando unas normas de convivencia y limites que se le irán enseñando poco a poco para diferenciar entre libertad y libertinaje.
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